La tarjeta revolving es una tarjeta de crédito mediante la cual el cliente aplaza el pago del capital partiéndolo en varias cuotas mensuales muy bajas, a cuyas cuotas se le aplica un interés. El problema surge debido a que el interés de estas tarjetas suele ser muy alto, entre el 24% y el 27% por lo que el cliente nunca llega a liquidar el capital pendiente pese a que vaya pagando cuotas.
Pese a que la Ley de la Usura de 1908 ya prohibía los intereses leoninos o usurarios, recientemente el Tribunal Supremo se ha pronunciado declarando que el interés que los bancos aplican a este tipo de producto es leonino y desproporcionado declarando pues que tales intereses no pueden ser cobrados; sin embargo, el tribunal yerra al no establecer a partir de qué porcentaje se considera interés leonino por lo que, para poder recurrir a los Tribunales, habrá que analizar caso por caso.